Si tuviésemos que resumir el artículo en una sola frase, el título sería nuestro eslogan.
Anteriormente, hemos hablado largo y tendido sobre las bondades de tener una buena rutina facial a base de cremas y tratamientos. Pero no podemos olvidar que el aspecto de nuestra piel está íntimamente ligado a nuestra alimentación.
La verdadera belleza viene de dentro, ya que tu piel refleja que sucede dentro de ti y como te estás cuidando.
Nuestra piel no solo es el órgano más extenso, sino que además forma parte esencial de nuestro sistema de desintoxicación. Todos los días expulsamos miles de toxinas a través de ella.
Si tienes acné, probablemente tu cuerpo te está tratando de decir que el proceso detox no está funcionando correctamente.
Al parecer, el deterioro del cuerpo se debe en parte a las toxinas, desechos, inflamación y congestión que se acumula en nuestro interior.
Por lo que podríamos decir que la principal causa del envejecimiento de la piel es la INFLAMACIÓN. Una reacción que se produce por tres razones: nuestra genética, la radiación UV y las dietas pro-inflamatorias (con ácidos grasos omega 6 y alto contenido glucémico).
Estos alimentos aumentan la secreción de insulina generando la inflamación del sistema inmunológico y provocando la degradación del colágeno y la elastina.
Para que la piel se vea sana, joven, lisa, luminosa, firme y libre de imperfecciones, tendríamos que tener una dieta rica en los siguientes alimentos:
- Omega 3: Son las famosas grasas saludables que te ayudan a desinflamar por su alto poder antioxidante. Lo encontramos en el salmón, aguacate, nueces y aceite de oliva.
- Frutas y verduras: Aportan vitamina A y C y combaten los radicales libres. Llena tu despensa de espinacas, lechuga, pepino, frutos rojos, papayas…
- Agua: Cuando estas realmente hidratado, tienes menos riesgo de enfermar, tienes más energía y la piel se ve saludable, desinflamada y con menos arrugas.
No te olvides de tomar tus 8 vasos de agua al día.
- Proteína: Es necesaria para que la piel este se vea firme y tonificada. Puedes encontrarla en alimentos de origen animal cómo los huevos o si lo prefieres, de origen vegetal como la chía, quinoa y espirulina.
Empieza a incluir estos alimentos y no olvides contarme cómo te fue ☺